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Historias de crianza (3). Dame más y me iré antes (2ª parte)

Mónica Blas Robledo • 10 de abril de 2016

La vuelta a casa fue dura muy dura. Siempre hemos bromeado con que cuando salimos del hospital seguro que hubo hasta aplausos. M. no cesaba de llorar.Los que en su día dijeron: “Relájate”…ahora decían…”No querías niño?” Estos no tienen hueco de pensar ni feedback ni sala de espera en su cabeza.

R. y yo sobrevivimos a base de escarbar uno y descansar el otro para así ir viendo la luz. Un día uno flaqueaba, al día siguiente caíamos los dos, pero había que levantar aquello. M. no cesaba de llorar. Recuerdo pediatras, enfermeras pediátricas, matronas y personal del centro de salud absolutamente preocupados, implicados y sin respuesta.

Recuerdo que pasaban los días y M. seguía llorando.

Nos enseñaron a soplar, a no agitar, a relajarnos, (maldita palabreja que llega siempre en el peor momento), a saber que tanto cianótico o en apnea no sufriría lesiones cerebrales (tal cual) y a que la frase “ lo estáis haciendo muy bien” consolaba hasta la puerta del ambulatorio. No tenía efecto hasta casa.

M. seguía llorando, sufriendo, demostrando angustia y no dando muestras de estar muy en paz. Renunció a disfrutar de su cuna, a disfrutar de la comodidad de su carro, de las vistas de su silla del coche, de la diversión de su hamaquita o simplemente del gusto que da dormir a pierna suelta. M. sólo mostraba debilidad por los brazos de aita y ama. Aita y ama, esos grandes ingenuos.

Unos ingenuos que prepararon al detalle todo lo material, que grabaron en la memoria los rituales de higiene, comida, abrigo y decoración infantil. Unos ingenuos que pensaron que volverían a jugar a los recortables. Que sería más fácil que cuidar de la orquídea de foto que decora el salón.

Buscamos ayuda y otra ayuda vino sin buscarla.

No tengo palabras suficientes de agradecimiento hacía I., mi matrona de los últimos días en el centro de salud de Bilbao. Cómo de manera mágica surgió en forma de llamada telefónica y ante mi casi no voz y relato angustioso de lo que nos ocurría me aportó normalidad. Si, normalidad, mucha normalidad.

Apareció el concepto Apego.

Cómo puede ser que sepa más de tallas de pañal e ingredientes de crema de culete y no me haya interesado en saber que lo único que mi hijo necesita es que yo entienda qué es el apego.

Me habló, me tranquilizó y me sugirió la llegada de nuestra salvación. El foulard.

Hubo paz, algo de paz, aunque los malos momentos no cesaron.

Bajo su consejo busqué los grupos de lactancia de mi centro de salud. Acudimos los tres en busca de consuelo. M. era un experto lactante y me evitó llagas, malas succiones y demás secuelas del postparto. Quiso que todo se centrara en él. En su necesidad. Cómo no pude saberlo antes?

Cuando llegó nuestro turno en el grupo de lactancia M. mostró con hechos lo que ya no sabíamos contar con palabras. Estábamos agotados, muy nerviosos, y, en cierta medida, frustrados por no poder aportar nada positivo.

En aquel turno me fui con el mayor valor que he recibido a modo de medicina, consejo, terapia, consuelo y madurez. Las dos matronas que me recibieron, me escucharon y me otorgaron el valor que como ama desconocía que tenía en M.


Apoyaron absolutamente el uso del foulard pero me contaron con palabras muy calmantes que la necesidad de M., la necesidad de nuestro contacto, cariño, abrazo, sosiego, consuelo… se iba a transformar en fortaleza en él y mayor seguridad:
Amatxo, Aitatxo…dame más y me iré antes.

Asumimos que la solución la teníamos nosotros.


Aprendimos que llegarían más tarde las visitas, que los paseos serían más cortos, que el uno consolaría al otro en los peores momentos, que curaba más un abrazo susurrando “…no sabes cuánto te quiero” en el oído de M. que mil sonidos, trucos y leyendas de Google y amamas sabelotodo.


Asumimos que necesitaríamos otros nueve meses hasta que M. diera tregua y que empezaríamos a disfrutar con él, todos a la vez.


Seguimos soplando muchos días, decidimos no compararnos con ningún otro colega de M. y valorar lo claro que el muchacho tenía todo. Aprendimos con él a valorar cada logro.

Y así, cada avance, cada sonrisa, cada momento de su paz era celebrado con miradas de absoluta alegría. Le éramos útil.


Acepté y me sentí en paz durante este tiempo pensando que habíamos peleado por él casi cuatro años sin descanso y simplemente el nos daba su amor de la mejor manera…qué mejor que criar a tu hijo contigo…

Los consejos dieron paso a la realidad y casi nueve meses después llegó la serenidad.


Decidimos vivirlo como un triunfo de los tres pero también decidimos vivirlo nosotros. Nadie mejor que nosotros para entenderlo y no juzgarlo.

Hoy M. es un niño espectacular, que sigue requiriendo y demandando muchísimo contacto y que así consigue apaciguar sus miedos y necesidades. Consigue controlar en nosotros los mismos desarreglos hormonales, sociales, laborales, sentimentales de entonces con sólo sonreír.

Conserva desde que nació una pequeña costumbre que le relaja. Nada de chupetes, ni ositos, ni muñecos de apego. El sólo necesita tocarnos la cara, justo a la altura de los labios para estar en paz.

Estoy convencida que también lo hace para que nunca nunca nunca perdamos la sonrisa.

Por Mónica Blas Robledo 4 de noviembre de 2023
Ya desde hace un tiempo conocíamos la existencia de ciertos productos lubricantes que ayudaban a las mujeres en menopausia en sus relaciones sexuales y que estaban siendo recomendados por las matronas de forma individualizada cuando acudían las mujeres a consulta a realizar la citología, o con problemas de falta de lubricación o dolor en las relaciones. Pero existen muchas mujeres que presentan molestias en sus genitales por sequedad o escozor , tanto dentro como fuera, de forma continua, entones, ¿cómo podemos prevenir o incluso tratar estas molestias? 1. Alimentación: es importante estar bien hidratada, así que debemos beber agua o líquidos en cantidad suficiente. Comer abundantes alimentos ricos en agua como frutas, verduras, sopas, cremas, etc. Los ácidos grasos omega 3 y 6 te ayudarán a mantener la hidratación en tus mucosas, los frutos secos (nueces, pipas de girasol, almendras, etc.) y los pescados azules (caballa, sardinas, anchoas) no pueden faltar en tu dieta. Los alimentos ricos en ácidos grasos omega 7 pueden ser útiles para aliviar la sequedad. Algunos alimentos accesibles ricos en omega 7 son aguacates, huevos, aceite de oliva, lácteos sin desnatar (queso, mantequilla), etc. 2. Higiene de esta zona: adecuada, ¿qué quiere decir? Una vez al día, suficiente. Lavar demasiado la zona genital externa puede llevar a aumentar la sequedad, el escozor y la irritación. La vagina (la parte interna de nuestros genitales) no necesita ninguna limpieza, tiene su propio “autolavado”. ¡Ojo con los productos que utilizamos en la higiene! Debemos utilizar productos específicos para la zona íntima tanto en la limpieza como en su hidratación. La ropa interior a veces, puede ser irritante por las fibras o materiales de las que se forma y nos puede resultar muy bonita y sexy, pero de manera habitual es mejor usar ropa interior de algodón blanca y lavada con jabón hipoalergénico. Las compresas y salvaslip pueden tener componentes irritantes también. Si utilizamos óvulos lubricantes o productos aplicados internamente o bien tenemos escapes de orina, y necesitamos utilizar algún tipo de protector para no manchar la ropa interior, debemos elegir el que mejor se adapte a las necesidades de nuestra piel de la zona perineal y seguir las instrucciones en cuanto a la frecuencia de cambio de la compresa. 3. Autoconocimiento: la estimulación hace que llegue más sangre a la zona genital, más sensaciones nerviosas y hace que las mucosas estén más hidratadas y fuertes. ¿Esto qué quiere decir? Que nos conviene la estimulación con regularidad, bien con otra persona o bien con nosotras mismas. Existen muchos dispositivos (estimuladores, vibradores, etc.) en el mercado, así que podemos ser autosuficientes y ofrecernos la estimulación cuando más nos apetezca y de la forma que más nos guste. 4. Hidratación: si has llegado has aquí, y has ido poniendo en práctica todos los consejos anteriores, quizás ya no necesites utilizar ningún producto para mejorar la hidratación de la vulva y zona perineal. Si, por el contrario, sigues notando sequedad, escozor o tirantez en la zona íntima, te proponemos una rutina de “cuidado genital”: • Primer paso: limpiar con un producto específico para la zona genital externa rico en activos calmantes de origen natural. • Segundo paso: aplicar un hidratante para la zona intima externa o aceite específico que nos aporte acido hialurónico o rosa mosqueta, para poder regenerar la piel irritada. • Tercer paso: hidratar la vagina internamente, según las necesidades puede ser suficiente con una crema o la aplicación de unos óvulos, también ricos en ácido hialurónico y aceites. El cuidado de la salud de la mujer es un tema apasionante, seguimos actualizándonos con los avances que nos ofrece también la tecnología. La utilización del láser ginecológico es una de las técnicas que está llegando con fuerza para el tratamiento y el alivio de la sequedad vaginal y la lubricación, pronto os contaremos más sobre este tema.
menopausia madurez mujer
Por Mónica Blas Robledo 17 de septiembre de 2023
Las mujeres mayores de 40 y 50 años, en la actualidad, buscamos respuestas, queremos saber cómo prepararnos mejor para esta nueva etapa vital, tenemos a nuestro alcance mucha información y no nos resignamos. Debemos ser conscientes también que es preciso introducir algunos cambios en nuestros hábitos de vida que pueden ayudarnos, no solo a nivel físico sino también a nivel de las relaciones sociales, manejo del estrés, etc.
Tristeza y postparto
Por Mónica Blas Robledo 18 de febrero de 2020
Tras los primeros días de euforia después del parto puede aparecer en algunos casos un sentimiento de tristeza. Este sentimiento puede presentarse como una falta de motivación, sensación de poca ayuda, ganas de llorar con más facilidad, dificultad para concentrarse o dormir, falta de hambre o sensación de no hacer bien las cosas. Se trata de un estado transitorio y en la gran mayoría de mujeres dura unos pocos días.
Maternidad e incontinencia de orina tras el parto
Por Mónica Blas Robledo 22 de enero de 2020
Una de las principales consultas de las mujeres durante el postparto está relacionada con las pérdidas de orina involuntarias tras el parto, y hoy en día cada vez tenemos más información y sabemos que además de un problema a nivel físico, conlleva una pérdida de nuestra calidad de vida. La buena noticia es que la inmensa mayoría de estos trastornos del suelo pélvico tras el embarazo y parto tienen solución.
Primeras contracciones cuando me pongo de parto, herramientas para llevarlo mejor
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Las primeras horas con contracciones molestas van a ir provocando una preparación en tu cuello uterino para poder dilatar, suele ser una fase lenta y algunas mujeres tienen muchas sensaciones desagradables que incluso les impiden el descanso.
Por Mónica Blas Robledo 31 de octubre de 2019
La mayoría de las mujeres tras el parto vaginal tienen algún tipo de traumatismo perineal, esto es una lesión que sucede en los genitales durante el parto, que ocurre de forma espontánea o a causa de una episiotomía (corte que en algunas ocasiones es realizado por el profesional que asiste el parto). Estos traumatismos requieren de una reparación, con unos puntos de sutura en la zona perineal. ¿Qué debemos saber sobre los puntos en la zona perineal? 1. Los primeros días es cuando vamos a sentir más molestias, que, por regla general, deben ir disminuyendo. 2. El hilo de sutura que se utiliza es reabsorbible por lo que se caen solos. Algunas veces es necesario quitar alguno de ellos antes, esto lo valorará tu matrona o ginecólogo/a en las consultas de postparto. 3. La visualización de la zona con un espejo para ver su evolución te puede ayudar a detectar posibles complicaciones. Lo puedes hacer tú o tu pareja. 4. La higiene es importante, utiliza un jabón neutro o de higiene intima, una vez al día con la ducha y después de hacer caca, siempre de adelante hacia atrás. En determinadas situaciones podremos necesitar algún jabón especial cicatrizante, nuestra matrona o ginecólogo/a nos indicará cual si es necesario. 5. La humedad no viene bien para la cicatrización de las heridas, así que el cambio de compresas debe ser muy frecuente, ya que estaremos unos días con sangrado vaginal (loquios). Las compresas que se deben utilizar son especiales, de algodón que transpiran mejor. 6. La ropa interior debe ser holgada y de algodón, existe ropa interior desechable que nos puede ser de utilidad en este periodo. ¿Cuáles son las señales de alarma? • Inflamación en la zona de sutura, enrojecimiento, hinchazón, calor en la zona afectada y dolor. También puede aparecer supuración en la herida (salida de secreción blanquecina más o menos espesa). • Dolor en la zona que no cede con los analgésicos que te han pautado. Tómatelos siempre que los necesites. Ante cualquier duda, consulta con tu profesional de referencia.
Por Mónica Blas Robledo 1 de octubre de 2019
La leche materna es, sin duda, el mejor alimento infantil que existe; es el más equilibrado y contiene todos los nutrientes necesarios para el correcto desarrollo del recién nacido humano.
Por Mónica Blas Robledo 2 de septiembre de 2019
Una de las dudas más frecuentes de las mujeres embarazadas es darse cuenta del comienzo del parto. A partir de la semana 37 de gestación es cuando es más probable que se comience con los síntomas propios del proceso del parto.
Por Mónica Blas Robledo 12 de junio de 2019
La subida de la leche está regulada por una compleja producción hormonal, que tiene que ser la adecuada en los primeros días del postparto.
Por Mónica Blas Robledo 24 de febrero de 2019
Una de las demandas que nos hacen frecuentemente las familias durante las sesiones de la Preparación al Parto es que les facilitemos una “lista” con aquellas cosas imprescindibles que hay que llevar al centro sanitario donde eligen ir para dar a luz a su bebé. Obviamente, las necesidades varían mucho en función de si decidimos ir a un centro público o privado, o de si vamos a estar ingresadas 2 días o 5, o si tenemos pensado un modelo de crianza u otro.
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